Reflexiones: Carrera y Vida

Cuando no integramos nuestra vida personal y profesional, limitamos nuestras posibilidades, preguntas y decisiones. El propósito de vida no es distinto de la realidad; ambos van de la mano, estén donde estén. Un cambio en un área impacta inevitablemente en la otra. Es un continuo: un lado no puede crecer sin que el otro ceda espacio. Rara vez la balanza estará completamente equilibrada, por eso es tan importante mantener una visión amplia, consciente y práctica sobre las alternativas y los temas relevantes.

Pensar en soledad es difícil y puede ser limitante. El proceso de reflexión requiere tiempo y un espacio seguro para que sea efectivo. Obtener una perspectiva más elevada—ver más allá del muro, encontrar nuevas respuestas a preguntas antiguas y nuevas preguntas para escenarios desconocidos, requiere una escucha cualificada e independiente.

Ampliar la conciencia de uno mismo y del entorno en el que se está inmerso es lo que permite una base sólida para tomar decisiones. La acción y el movimiento en la dirección deseada surgen como consecuencia natural del proceso reflexivo.

Integrar vida personal y profesional implica tomar conciencia de lo que nos impacta y cómo lo hace. Esa conciencia nos da mayor flexibilidad y agilidad para movernos en situaciones que no podemos controlar, porque sabemos qué es importante para nosotros. Para algunas personas, esto implicará una transición. Para otras, el camino seguirá siendo el mismo, pero con una mirada más consciente. En ambos casos, se amplía la perspectiva y, con ella, las oportunidades, las alternativas, los cuestionamientos y las decisiones.